Cuando Shell sorprendía al mercado con el cierre definitivo de la planta de MIBK -metilisobutilcetona- que operaba en Pernis (Países Bajos), con capacidad de 45.000 Tm./año, los clientes temían un escenario totalmente deficitario que impulsaría de nuevo su cotización hasta máximos históricos, con la posibilidad de llegar a rebasarlos.
Contenido Exclusivo Subscriptores
Hágase premium y acceda a todas las noticias
Login if you have purchased
¡Subscríbase!
Precios y tendencias de más de 100 commoditiesUna herramienta imprescindible